La cantora brasileña rinde tributo
al 90º cumpleaños del profeta urbano
Desde los 60 hasta hace poco, un hombre
enigmático circulaba por Río de Janeiro
despertando la curiosidad de la gente.
Era un hombre viejo, con la apariencia de un profeta bíblico: la larga barba blanca, una túnica larga y sandalias franciscanas. Llevaba en sus manos dos tablas de profecías escritas, como las de Moisés. Se acercaba a la gente que pasaba en auto o caminando, pero no pedía nada; sino que a lo largo de más de tres décadas ofreció palabras de amor, flores y compasión por las calles del país.
El hombre llegó a hacerse conocido como Profeta Gentileza, y parte de su prédica consistía en escribir su mensaje en los pilares de un gran viaducto de Río.
Así, en medio de la confusión, la indiferencia, el egoísmo y la violencia de la ciudad, todos los que pasaban podían leer en esa gigante muestra urbana oraciones como:
NO USES PROBLEMAS, NO USES
Todavía era una niña y, para mí, cruzarme con él era increíble y fascinante. Recuerdo que solía observar, con ojos curiosos, sus escritos en el Viaduto do Cajú. Ver sus ilustraciones en una calle de la gran ciudad me llenaba de un sentimiento de libertad y afecto.
En 1997, fui al viaducto con un amigo que vivía fuera de Río para mostrarle la obra de Gentileza. Ahí fue cuando me enteré de que su trabajo ya no existía.
Desde 1996, con la muerte del Profeta Gentileza, sus murales quedaron huérfanos de cualquier tipo de cuidado. Se deterioraron mucho y terminaron cubiertos por una capa de pintura gris que puso la empresa de limpieza urbana de Río de Janeiro.
Estaba tan conmocionada y triste que, esa misma noche, escribí la canción “Gentileza”, que grabé en mi disco Memorias, crónicas y declaraciones de amor (2000). Fue entonces cuando supe que en una universidad local de Río existía un movimiento para recuperar los escritos del Profeta Gentileza. Gracias a los esfuerzos de una organización no gubernamental (Rio com Gentileza) y del personal de la universidad, hoy el trabajo de Gentileza fue restaurado totalmente y devuelto a la población de Río.
El tema de la gentileza es humano y universal; nos brinda una manera de despertar de la indiferencia que nos rodea en las ciudades. Lo que genera violencia es el anonimato y la soledad que sentimos en medio de una multitud.
Gentileza solía predicar el amor fraternal y exhortaba a la gente a dedicar su atención a los demás y crear intimidad con ellos.
Un profeta es alguien que ilumina a la gente.
***
Borraron todo -
Lo pintaron de gris -
La palabra en la pared -
Fue cubierta con pintura -
Borraron todo -
Lo pintaron de gris -
Lo único que quedó en la pared -
Fue tristeza y pintura fresca -
Pasamos de prisa -
Por las calles de la ciudad -
Merecemos leer las letras -
Y las palabras de Gentileza -
Así que te pregunto -
A ti en el mundo -
¿Qué es más inteligente -
El libro o la sabiduría? -
El mundo es una escuela -
La vida es un circo -
Amor es una palabra que libera -
Eso decía el poeta. -
(Fechado 2007)
posdatas:
Hay un
blog bilingue que amplía la historia de José Datrino,
http://profetadegentileza.blogspot.com/ y que contiene fotos de las
"pilastras" (murales) que diseminó por la zona de la Terminal Novo Rio --
y que fueron declarados "Patrimonio cultural" de la Ciudad Maravillosa
que hoy se desangra. Hasta el abrazo, siempre!!
Durante más de treinta años Gentileza recorrió las calles de Río regalando flores y palabras bonitas a la gente. Parte de su prédica consistía en escribir su mensaje en los pilares de un gran viaducto de Río; allí hizo grandes murales de colores con oraciones como: La gentileza genera gentileza; No uses problemas, no uses la pobreza, usa el amor; La gentileza es el remedio para todas las enfermedades. Cuando Gentileza se murió, hace unos diez años, la municipalidad le pasó pintura a sus murales porque se estaban deteriorando. Pero después un grupo de personas de la ciudad armó un proyecto para restaurarlos y así lo hicieron. Y entonces, el mensaje del profeta volvió a nacer.
--- La iniciativa restauradora fue del filósofo Leonardo Guelman y el blog que recoge este testimonio incluye un potente video alusivo cantado bellamente por Marisa Monte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario