sábado, 29 de diciembre de 2012

Tiempo final/Tiempo inaugural

Refundación Espiritual de la Argentina


Los detalles están a la vista para quienes se dispongan a asumirlos. Estamos en medio de una cultura desvencijada, poblada por multitudes agónicas y --al mismo tiempo-- habitamos en ciudades en vías de desintegración. Prisioneros de "medidas de fuerza" persistentes que bloquean los servicios públicos, encarecen los alimentos y fomentan un estado de intolerancia colectiva. Sometidos a un bombardeo constante de trivialidades multipropaladas, los habitantes urbanos no atinan a hacer otra cosa que quejarse y maldecir a la clase política. En un círculo vicioso saturado de violencia, corrupción y parálisis social. Ese es un "tiempo final" irreversible.

Pero asimismo, en las grietas de la vida cotidiana, asoman brotes de imaginación y ánimo innovador. Se trata de grupos pequeños que en principio se abstienen de reproducir las falacias que agobian a la muchedumbre. No lo hacen con espectacularidad, sino que despliegan sus dones y sus poderes transformadores en escala compacta, fluida y serena. En medio de los crujidos de la estructura, realizan su tarea fundadora de un "tiempo inaugural" donde no se malgastan las energías comunitarias. Es un latido espontáneo y expansible.

Ambas realidades son como los diferentes programas de una transmisión por canales diferentes, unos aplicados al fracaso, otros enfocados en un ánimo pionero y generativo. Son planetas distintos del alma humana. Una simultaneidad donde la máxima evidencia surge en todos los momentos de cada día. Ya lo dijo Bob Dylan hace medio siglo: "Quien no se ocupa de nacer, se ocupa de morir".



domingo, 23 de septiembre de 2012

Un Mundo sin Hambre


Pulsar aquí  (documental fílmico)

PULSAR AQUI TAMBIEN (discurso crucial en Río+20)



Rio+20 debió conseguir un cambio de mentalidad. No podemos permitirnos ignorar durante más tiempo las interdependencias entre recursos naturales, medio ambiente, hambre y subnutrición. Una agricultura sostenible y unos sistemas alimentarios que hagan un uso eficiente de nuestros recursos naturales deben convertirse en la base de la economía del mañana. Y con suficiente voluntad política y visión, la agricultura puede ayudarnos a conseguir el futuro sostenible que queremos: un mundo sin hambre.






miércoles, 12 de septiembre de 2012

EL MUNDO QUE VIENE


“el mundo que viene –
somos la gente que estábamos esperando”


Tanto la crisis financiera internacional, como el cambio climático y la actual tragedia atómica en Japón, han creado un clima de angustia y desconcierto en todo nuestro planeta.

Más allá de los vaticinios apocalípticos y del regodeo de la prensa amarilla con las “malas noticias”, la humanidad está en condiciones de remontar las crisis de esta época mediante un retorno al uso de recursos que siempre dieron buenos resultados y que fueron puestos a un lado por las tentaciones de la Sociedad de Consumo y la Cultura del Derroche.

El nuevo “antiguo” camino individual y social que se abre ante nosotros resume principios materiales y espirituales. Por un lado, producir y consumir lo que genuinamente necesitamos para una vida satisfactoria. Por el otro, re-descubrir nuestro papel protagónico en la trayectoria evolutiva de nuestra especie.

Este desafío nos exige un grado de lucidez que no puede ni debe emanar de la ideología sino de un intenso y profundo compromiso existencial. Nos toca reinventar la vida humana en la Tierra. Por eso, somos la gente que estábamos esperando.

El mundo que viene será un mundo de auto-gestión, replanteo de la vida urbana, simplicidad voluntaria, frugalidad cotidiana, solidaridad comunitaria, responsabilidad ambiental, autonomía laboral y vida consciente fundada en disciplinas meditativas.

Un Nuevo Mundo y una Era Nueva ya están entre nosotros, los tripulantes de la Espacionave Tierra. Aquí y ahora. Nos toca construir el presente y el futuro con imaginación y ternura.

M. G.


domingo, 9 de septiembre de 2012

ADVENIMIENTO



Hubo hombres contemporáneos de la Primera Guerra Mundial (1914-18), entre ellos, el poeta místico irlandés William Butler Yeats (1865-1939), que en su poema La Segunda Venida (Second Coming, 1920)  denunciaba, angustiado, el panorama reinante: la anarquía que asolaba la tierra, la marejada de sangre que se alzaba en el horizonte, el ritual con que los verdugos laceraban la inocencia, en resumen, una clase distinta de individuos (los fascistas y los comunistas) que iban a quedarse con el mundo.

Dando vueltas y vueltas en la espiral creciente
ya no puede el halcón oír al halconero;
todo se desmorona; el centro cede;
la mera anarquía se abate sobre el mundo,
se suelta la marea de la sangre, y por doquier
es ahogado el ritual de la inocencia.;
Los mejores carecen de convicción, y los peores
están rebosantes de febril intensidad.


Ante semejante perspectiva, pesadas tinieblas llovían sobre su cabeza y sus pesadillas de guerras y desastres sólo eran vaticinios de cosas peores que revelaría, por medio de la poesía (ese lenguaje cifrado), al resto de la humanidad. Recordemos: fue testigo de la barbarie sectaria en su país, del salvajismo por razones de Estado, de etnia, de religión. Y vivía trastornado por los gyres, trágicas espirales irrefrenables que agitan la historia. Yeats falleció justo al comenzar la Segunda Guerra Mundial que desembocó en el espanto del Holocausto y de Hiroshima.

Su visión del colapso de Europa era inequívoca. No obstante, una estrella brillaba a veces en su cielo encapotado y en otro poema, Plegaria para la vejez, escribiría:


Dios me guarde de aquellos humanos pensamientos
que en la mente están solos;
aquel que canta una canción durable
la siente en lo más hondo.

De cuando a un viejo le convierte en sabio,
alabado por todos;
Ah, ¿quién soy yo que nunca pareciera,
por mi canción un loco?

Rezo – pues las palabras vacías ya se fueron
y la plegaria ha vuelto sólo-
para que pueda parecer, aún cuando viejo muera,
un hombre apasionado, loco.


Evoco estas postales poéticas porque los titulares actuales son también recurrentes relatos de caos y destrucción. Y dado que los grandes poetas son las antenas de sus sociedades y de su tiempo, imagino lo que Yeats escribiría tras recorrer las noticias que ofrece la Internet. Y lo primero que se me presenta es una imagen de advenimiento, libre de connotaciones bíblicas o devocionales. Simplemente como la venida o llegada de una época determinada o de un acontecimiento trascendental. Que podría ser un nuevo periodo histórico o el acaecer de algo o alguien muy importante. ¿Por qué? Porque estoy categóricamente convencido de que estamos atravesando un umbral, rumbo a algo irreversible.

¿Un apocalipsis? ¿Una conmoción 2012? Nada de eso. Algo más sutil, más definitivo.

En estas circunstancias hay solamente dos maneras de posicionarse: dejar que nos dominen sensaciones del tipo “fin del mundo” (con toda su caravana de datos horribles) o predisponerse a intuir detalles parciales del acontecimiento magno que se alberga entre los pliegues de la realidad actual (aunque no sean del todo nítidos).

Sabemos que estamos permanentemente sumergidos en una energía vital universal que abarca a todas las cosas y a todos los seres. Todas las células de nuestro cuerpo danzan acompañando el ritmo de sus melodías intangibles.

Todo advenimiento es un estado de transición, entre lo que uno deja de ser y lo que poco a poco va enhebrándose en su alma como un manto invisible. Una travesía permanente sin punto de partida y sin puerto de destino.

La meditación, que forma parte de nuestra tarea espiritual cotidiana.





viernes, 7 de septiembre de 2012

PLATAFORMA 2016


Plataforma 2016
Miguel Grinberg


Desde la restauración democrática de 1983, nuestros gobernantes no han logrado articular una visión nacional y federal plantada por encima de las coyunturas económicas y políticas que durante el último siglo han lacerado a la Argentina y que han trabado el despliegue de medidas estructurales de construcción histórica. En nuestro país, sigue siendo dificultoso consolidar una reflexión ideológica tolerante y generadora de situaciones originales que nos proyecten sin trabas hacia el futuro.

Un episodio particular lo expresa la ley 23.512 sancionada el 27 de mayo de 1987 por el Congreso de la Nación (nunca fue derogada, aunque el presidente Carlos Menem anuló los decretos 527/86 y 1156/87 que la inspiraron y disolvió la Comisión Nacional formada para el llamado Proyecto Patagonia) que declaraba como nueva Capital Federal a los enclaves urbanos erigidos y por erigirse en el futuro en el área de las ciudades patagónicas de Viedma, Carmen de Patagones y Guardia Mitre. Como todos sabemos, esa iniciativa del presidente Raúl Alfonsín quedó atascada en el vaivén de las serias crisis surgidas durante su gestión, algunas de las cuales siguen agobiándonos en estos días con cuadros de pobreza aguda, concentración económica, hacinamiento metropolitano y canibalismo partidista.

La masiva concentración poblacional argentina en la actual Capital Federal y el conurbano bonaerense (paralela a un despoblamiento rural general), es acompañada por la saturación urbana e industrial del eje Rosario-La Plata. Se trata de un desarrollo anómalo, surgido más del amontonamiento azaroso que de la planificación racional. Con infinidad de situaciones de gran vulnerabilidad humana (asentamientos precarios) y destrucción ambiental.

En la Wikipedia de Internet se lee que muchos intelectuales y políticos sostienen que el fracaso del proyecto no se debió principalmente a la crisis económica, como se argumenta generalmente para justificar su cancelación, sino “por la enorme presión de los medios de comunicación porteños y de los sectores ligados a los intereses políticos y económicos de la ciudad de Buenos Aires”. Añade que en un primer momento los medios de comunicación aceptaron y apoyaron el traslado, pero al cabo de un tiempo se alinearon con los sectores opositores del mismo, quienes lo tildaban de "costosísimo", "faraónico" e "innecesario" y sostenían que “el traslado de la Capital traería más perjuicios que beneficios al país”.

En una entrevista publicada por el diario Río Negro en enero del 2000, el historiador Félix Luna manifestó que “la mudanza de la Capital a Viedma era una necesidad. Pero creo también que Alfonsín presentó muy mal la idea: se apresuró, la presentó demasiado sorpresivamente y entonces no prendió en la sociedad, ni siquiera en la UCR. Sin embargo, sigo creyendo que es necesario sacar la Capital de Buenos Aires… Se necesita un lugar donde se haga política y administración y nada más, donde los dirigentes del interior no queden atrapados por las atracciones de la gran ciudad, como sucede en Buenos Aires. Es indudable que a algún lado hay que llevarla, no sé si a la Patagonia o algún otro sitio, pero desde aquí no se puede seguir gobernando”. Muchos no comparten la ideología de Luna, pero su apreciación pone netamente en foco el nudo del dilema.


La cuestión es más compleja si se toma en cuenta que la mentada autonomía de la Ciudad de Buenos Aires no será absoluta mientras siga siendo el asiento del gobierno nacional. Existe al respecto otro proyecto controversial para consolidarla, que propone la provincialización del actual territorio porteño, sumado al de una decena de municipios del Gran Buenos Aires.

Obviamente, a medida que nos aproximamos al bicentenario de la Declaración de la Independencia, el año 2016 podría funcionar como inspiración colectiva para refundar la Argentina con vocación de suma y no de resta. En un plano de celebración generacional despojada de fanatismos y prejuicios. Descentralizando una urbe desmesurada que el pensador Ezequiel Martínez Estrada bautizó como “la cabeza de Goliat”.

Esto no agota las controversias referidas a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Está pendiente la necesidad de revisar la ordenanza 49.669 que a espaldas de la ciudadanía porteña instauró como bandera oficial en septiembre de 1995 el estandarte de conquista traído de España por el fundador Juan de Garay en 1580. Es izada todos los días junto al Obelisco en la Plaza de la República. Integran el escudo un águila negra con su corona en la cabeza, cuatro hijos por debajo y una cruz colorada sangrienta [de la orden militar hispana de Calatrava] que sale de su mano derecha. Anclada en el pasado, como si no estuviéramos ya en el siglo XXI.





Decrecer con equidad


Nuevo paradigma civilizatorio

Autor/es: 

ISBN: 978-987-1599-67-7 / pp.192 / 2011 / 16 x 23 cm
El economicismo liberal ha logrado hacernos creer que a más bienes y artefactos, mayor desarrollo y mayor bienestar. Sin embargo, el diagnóstico es unánime: hemos desatado procesos de destrucción ambiental irreversibles. La inequidad social llegó a niveles sin precedentes mientras el planeta y todo lo que hay en él han adoptado un comportamiento inestable, típico de los sistemas cercanos al quebranto.
También es cierto que mientras el derrumbe de la civilización materialista se acelera, otros procesos sutiles, pero de inconmensurable poder han comenzado. Una nueva actitud, la Conciencia Planetaria, se abre paso cada día, moldeando nuevas formas de organización humana.
El hecho es que nos aproximamos a un punto de inflexión, a una situación doble de colapso y advenimiento. Para superar tan inédito desafío, la humanidad deberá situarse, como sugería Einstein, fuera de los esquemas de pensamiento que crearon el problema. Se trata así de repensar los procesos de desenvolvimiento humano desde una perspectiva radicalmente diferente.
Decrecer con equidad recoge el pensamiento de cinco autores con una vasta trayectoria que comparten la convicción de que el conocimiento académico no puede disociarse de una acción comprometida al servicio de la humanidad y en armonía con la naturaleza. Identificando con claridad los diversos aspectos de la problemática ambiental, social y espiritual contemporánea, se atreven a proponer pautas orientadoras para un profundo cambio civilizatorio.

Sumario
Fomentando un Cambio en el Mundo Contemporáneo
Ervin Laszlo
Los Estragos Ecológicos de la Globalización
Ezequiel Ander Egg
Un Futuro Inconcebible
Antonio Elizalde
La Hora del Sur. Tiempo de Refundación
Miguel Grinberg
La Gran Travesía de la Humanidad
Lucio Capalbo




jueves, 6 de septiembre de 2012

Frutos de un mismo árbol


LA ABUNDANCIA COMO OBJETIVO
Texto de Miguel Grinberg


a Michael McCoy (Center for Citizen Advocacy)
y Anil Agarwal (Center for Science and Environment),
in memoriam


“Al mismo tiempo, estamos progresando o estamos deteriorándonos. En esta vida no existe algo así como permanecer inmóviles… Todo el Ímpetu y el dinamismo del hombre emanan de su fe en cosas que no se ven. Quien cree es fuerte; quien duda es débil. Las convicciones potentes preceden a las grandes acciones. El hombre intensamente imbuido de una idea es el maestro de todos los que son dubitativos o fluctuantes. Las convicciones claras, profundas y vitales rigen al mundo… Un político piensa en la siguiente elección. El estadista, en la próxima generación.”

James Freeman Clarke,
teólogo estadounidense
(1810-1888)


Alrededor de diez mil psicópatas, en sintonía permanente con el antiguo cerebro reptiliano del hombre, rigen los destinos de nuestra especie en la Tierra y tienen como rehenes a 6.500 millones de seres humanos. Esos diez mil maníacos constituyen una tribu demencial –fervorosa y obsesiva– que cuenta con varios miles de adeptos que instrumentan sus perversos designios. En 2006, por ejemplo, gastaron 1.200.000.000.000 millones de dólares de armamentos en todo este planeta.  

Algunos científicos sostienen que en el curso de la evolución biológica de nuestra especie, a través de siglos, fuimos acumulando tres cerebros superpuestos: el reptiliano, el mamífero y el humano. El primero suele llamarse complejo reptílico o complejo R; el segundo, que lo envuelve, sistema límbico; en tanto el resto del cerebro circundante es denominado neo-cortex. Este último, “es sin duda la incorporación evolutiva más moderna”, sostiene Paul McLean, director del laboratorio de evolución cerebral y conducta del Instituto Nacional de Salud Pública en EEUU. Este neurobiólogo ha demostrado “que el complejo R desempeña un papel importante en la conducta agresiva, la territorialidad, los actos rituales y el establecimiento de jerarquías sociales”.[1]   El hombre transita actualmente una etapa de imposición del neo-cortex sobre el límbico y el complejo R, aún cuando todavía hay casos de lucha del segundo nombrado sobre el tercero, lo cual induce conductas masificadas. Todo lo expuesto originaría que distintas personas tengan reacciones distintas ante los mismos hechos según el grado de su propia evolución, que se mediría por su resistencia o la sumisión a “ceder a los impulsos emanados del cerebro del reptil” [2], o su tendencia a comportarse como parte de una manada. McLean ha dicho que cuando nos acostamos a dormir, a cada lado de nosotros hay un dinosaurio y un caballo. Si alguno de ellos nos domina, podemos actuar como parte de una jauría o de un manso rebaño.
Abunda hoy la literatura que se refiere al impulso holista (integrativo) de una cantidad considerable de hombres y mujeres que durante la últimas décadas vienen consolidando una “visión del mundo” aplicada expandir socialmente las mejores intuiciones del neo-cortex humano. Se trata de una expansiva vastedad de títulos donde la superación de los instintos homicidas podría parangonarse con la gran epopeya evolutiva representada por la superación de prácticas reptilianas como el canibalismo, u otras tendencias conflictivas como el incesto, o tendencias todavía trágicamente vigentes como el racismo o el prejuicio religioso. Es tan trascendental este acervo de trabajos sociológicos y psicológicos, que el investigador estadounidense Ken Wilber, desde su Instituto Integral induce la compilación de una "Enciclopedia de la Transformación Humana", revisión completa de la literatura de todas las formas conocidas de transformación para los seres humanos. Que de modo gradual para las estructuras retrógradas del globo, van configurando redes expansivas que se aplican a sentar las bases de una realidad totalmente ajena a las criminalidades de un mundo reptílico en descomposición.
Por eso damos la bienvenida a este libro de Lucio Capalbo y Haleh Maniei, donde leemos que “este liderazgo sin líderes es, en definitiva, un liderazgo comunitario, orientado a la emergencia del ser organizacional, esa entidad sutil que es, desde una perspectiva sistémica u holística, más que la suma de las partes constitutivas. Y es en aras de ese ser organizacional que las personas sacrifican su ego, y se brindan con confianza, devoción y desprendimiento a una causa que, paradójicamente no hacen suya, por inscribirse en el vasto programa evolutivo de la humanidad.”
Este universo mancomunado en expansión, identificado provisionalmente como “Organizaciones Comunitarias, contiene embriones de un futuro sin precedentes en nuestra historia. En gran medida, uno de los antecedentes más expresivos de esta corriente fue la Conferencia Mundial de ONGs realizada en París en diciembre de 1991. Convocó a mil representantes de 862 grupos de ciudadanos vinculados a la problemática ambiental y a la ecología social. Uno de sus objetivos fue establecer una estrategia común para influir el desarrollo de la Cumbre por la Tierra que se efectuó en junio de 1992 en Río de Janeiro. Aunque el desafío mas importante de aquel encuentro no-gubernamental fue establecer pautas comunes para fortalecer a la sociedad civil “con la esperanza de transformar paulatinamente  los modos de gestión de las sociedades humanas y la forma en que toman las decisiones sobre cuestiones que afectan el bienestar universal.”
Entre otras resoluciones y documentos aprobados en París, el más significativo fue el llamado Programa Ya Wananchi, que en el idioma africano swahili significa “Hijos e hijas de la tierra”. Cuyos postulados básicos estaban (y son) enfocados en un compromiso generacional para frenar el despliegue de un modelo financiero cuyos resultados son la opresión política, la explotación económica y el deterioro ambiental. El significado profundo de aquellas propuestas –que quince años después son encarnados por decenas de miles de personas en innumerables latitudes– consiste en el implícito reconocimiento de que es la forma de producir, de consumir, de habitar, de aprender, de vincularse con el prójimo y con la naturaleza, y de organizar la entera vida social, la que persistentemente arrebata a los individuos los productos de su trabajo, a los pueblos de sus culturas tradicionales, a los ciudadanos de su poder de decisión acerca de los asuntos cotidianos y la humanidad entera de los recursos naturales que por definición le pertenecen. Todo ello sin pasar por alto la destrucción y el luto detonado por guerras de todo calibre que retumban en múltiples latitudes.
Lucio señala que “a diferencia de las comunidades arcaicas, en las que el universo coincide con sus propios límites, las nuevas organizaciones se reconocen como miembros diversos de un mismo programa evolucionario universal.” A su vez, Haleh nos dice: “Podría ser que estemos pasando de la etapa de la adolescencia a la edad de la madurez. La educación, es el puntapié inicial, el primer paso en esta etapa, para dirigirse hacia la Unidad en todas sus Diversidades, aquella que traerá consigo el equilibrio entre la razón y la intuición y otras facultades cognitivas superiores.-- La educación es la base del desarrollo de las potencialidades del ser humano, por la educación se resolverán las divisiones y surgirán los procesos sinérgicos que lo potenciarán, que pulirán el espejo para reflejar con mayor precisión la realidad del mundo, es decir, la realidad del Hombre. Una educación basada en valores trascendentales.”

Me permito citar el preámbulo del Programa Ya Wananchi, que redacté a pedido del coordinador de la conferencia parisina, Ronald Kingham, porque ya entonces vibraba en la mayoría de los participantes un fervor que ahora encontramos diseminado por encima de las fronteras y los matices diversos de credos y convicciones:
·       Repentinamente es como si naciera una nueva tierra. Gentes de todo el planeta empiezan a hacerse cargo de su propio destino, construyendo una red expansiva de solidaridad e invención social. Sus orígenes son variados: habitantes de zonas de tugurios en las ciudades, contribuyentes urbanos, campesinos desarraigados, familias indígenas, activistas ambientales, profesionales disconformes, graduados y analfabetos, mujeres potenciándose a sí mismas, adolescentes marginados, artistas inspirados, maestros, viejos pacifistas, profetas sonrientes, madres y padres de niños y niñas y muchos otros constructores de la libertad humana en las postrimerías de un siglo surcado por las cicatrices del terror totalitario.- La certeza que comparten va más allá de la revolución más deseable y es más fuerte que cualquier conferencia en la cumbre. Su compromiso irreversible vincula al visionario con la víctima, al fuerte con el débil, al amante con el solitario.
·       Cada uno de nosotros busca su lugar en esa creación colectiva. Disponemos de muchos instrumentos. Lo único que necesitamos urgentemente es autoafirmación. Más allá de las palabras y las sombras. Como niños que por primera vez ven un arco iris. En nombre de una creciente celebración planetaria.
·       Compartimos una misma crisis, la ruina del aire y del agua limpia, del suelo y de la diversidad biológica que son requisitos de nuestra existencia común. Y compartimos un destino común, todavía no escrito. Vinculados con nosotros en una red de parentesco, todos los seres vivos los seres vivos son interdependientes cuando usan, comparten, limpian y reaprovisionan los elementos fundamentales en que la vida se apoya, pues por la propia naturaleza de las cosas los desechos de unos han sido siempre el alimento de otros.
·       Los dos últimos siglos han sido un período muy destructivo. Hemos contaminado el suelo, el agua y el aire, y conducido a la extinción a muchas sociedades humanas e incontables especies de flora y fauna silvestres. Hemos embalsado los ríos, arrancado los antiguos bosques, envenenado la lluvia y abierto agujeros en el cielo. La ciencia nos ha traído alegría, pero también dolor, porque la prosperidad del mundo industrializado se ha logrado a un precio pavoroso.
·       La ciencia nos ha enseñado que toda la creación es materia y energía interactuando en una elegante danza vital, y que la diversidad biológica y cultural es el fundamento de la estabilidad. En algunas ideas aquí resuena la verdad; algunas convicciones son inherentemente ciertas; algunas visiones se originan en el centro mismo del corazón de nuestra existencia. Así como la justicia social y la igualdad de oportunidades –con independencia del sexo, el color o la raza– son metas no negociables de una comunidad humana saludable, así también determinados principios biológicos, ecológicamente fundamentados y moralmente inspirados, han de convertirse en elementos esenciales de una nueva política de la esperanza. Y allí donde nuestros conocimientos sean tan limitados que nos impidan hacer una estimación razonable, deberemos errar siempre por el lado de la prudencia. Estos preceptos deben constituir la base de  nuevos sistemas de valores y convicciones en el marco de los cuales habrán de vivir las futuras generaciones.

Los tres lustros que siguieron a aquella conferencia de París (concebida como “Raíces del Futuro”) fueron un ir y venir de avances espléndidos y atascamientos insoslayables. Cientos de miles de seres humanos han sucumbido desde entonces (aniquilados por el hambre, la metralla y la represión) como consecuencia del accionar desenfrenado a los diez mil psicópatas ya mencionados. Pero el impulso fertilizante de lo que Lucio enfoca como “procesos sociales inéditos de unidad en diversidad que podrían orientar a una sociedad civil mundial que busca, aún inconscientemente, sus propios valores espirituales” y Haleh como el ciclo que integra la primavera, el verano, el otoño y el invierno. A cada invierno le sucede una nueva primavera, con todo el potencial acumulado a través de todos los esfuerzos realizados y de toda la experiencia adquirida para dar inicio a un nuevo ciclo de vida.”
        Pero siempre late una percepción de la abundancia como objetivo. Sabemos que no siempre vivimos en el equilibrio bucólico de la sabiduría expansiva, sino en el desequilibrio caníbal y reduccionista de la irregularidad globalizada, de las demencias imperiales, de la uniformización de una ignorancia prepotente. El antiguo racionalismo creía que la razón progresa de un modo continuo y lineal. Pero en verdad lo hace mediante mutaciones y reorganizaciones profundas: la razón es una realidad evolutiva.
         Según sostiene Edgar Morin [3], hay siete saberes “fundamentales” que la educación del futuro deberá tratar en cualquier sociedad y en cualquier cultura sin excepción alguna ni rechazos, según los usos y las reglas propias de cada sociedad y de cada cultura. Además, el saber científico sobre el cual se apoyan las actuales propuestas transformadoras para situar (poner en foco) la condición humana no sólo es provisional –como bien señala Lucio – sino que destapa profundos misterios o complejidades concernientes al Universo, a la Vida, al nacimiento del Ser Humano planetario. Aquí se abre un campo indefinible en el cual intervienen las opciones filosóficas y las creencias espirituales a través de las tradiciones y las civilizaciones.
            Y sigue como mayor objetivo prioritario la superación del “arte de matar” que no cesa de lacerar cruelmente a nuestra especie como un todo. Un sabio del siglo XX, Arthur Koestler [4], sostuvo que “el homicidio perpetrado por razones egoístas constituye una rareza estadística en todas las culturas, incluida la nuestra. En cambio, el homicidio por razones altruistas, con riesgo de la propia vida, se destaca como el fenómeno predominante en la historia... Repitámoslo una vez más: la tragedia del hombre estriba no en un exceso de agresividad, sino en una sobreabundancia de devoción... El arma más mortífera de que dispone éste es el lenguaje. El ser humano se muestra tan accesible al hipnotismo de las consignas como al contagio de las enfermedades infecciosas... El individuo no es un asesino, pero el grupo sí lo es, y al identificarse con éste, el individuo deviene asesino a su vez. Tal es la dialéctica infernal que se trasluce de la historia humana de guerras, persecuciones y genocidios... Enfrentado a una tarea para la que no ha sido programado, un computador o bien queda reducido al silencio o se sale de sus casillas. Esto último es lo que parece haber ocurrido, con reiteración descorazonadora, en las culturas más variadas.” 
Si efectivamente, como afirma Ken Wilber [5], entre el 2 al 3 por ciento de la humanidad actual se encuentra experimentando un estado de conciencia integral, ello involucraría a cerca de doscientos millones de individuos, una especie de “nuevos hombres y mujeres” (o sea, un poco más de la población de un país como Brasil). Esta multitud se hallaría dispersa por nuestro planeta, en vías de expansión, a partir de metas preanunciadas por innumerables pensadores visionarios, multiplicándose progresivamente sin compulsión ni espectacularidad. Suelen ser considerados como supra-humanos, y también como Homo universalis. Reconocen a la espiritualidad como un aspecto importante y legítimo de la psique humana. Y saben que el subdesarrollo de los “desarrollados” es un subdesarrollo moral, psíquico e intelectual.
Hoy, el saber humano evolutivo, en pleno vértigo mutante, como expresión social de la conciencia planetaria, es como una sonda sideral disparada hacia el espacio infinito: sabe desde donde partió, pero no puede de modo alguno discernir su destino. Si es que existe. Eso es lo que deberemos descubrir nosotros o nuestros sucesores. Porque como expresa Haleh [6], “sencillamente somos los diversos frutos de un mismo árbol, llamado Planeta".


Buenos Aires. Julio de 2007



[1] McLean, Paul, The Triune Brain in Evolution: Role in Paleocerebral Functions (Kluwer, 1990).
[2] Sagan, Carl, Los dragones del Edén (Drakontos, 2006).
[3] Grinberg, Miguel, Edgar Morin y el pensamiento complejo (Campo de Ideas, 2002).
[4] Koestler, Arthur, Jano (Debate, 1981).
[5] Grinberg, Miguel, Ken Wilber y la psicología integral (Campo de Ideas, 2005).
[6] Capalbo, Lucio y Maniei, Haleh, La expresión social de la conciencia planetaria (Ciccus, 2007).


martes, 4 de septiembre de 2012

Grinberg Blues



Miguel Grinberg con el Jorge Senno Trio

Click aquí para ver y escuchar.


La UNLP recuerda el Mayo Francés con un recital gratuito
Será una presentación poético-musical en el Rectorado. Actuará el Trio de Blues de Jorge Senno y el poeta Miguel Grinberg
La Dirección General de Arte y Cultura de la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de La Plata, organiza una actividad poética-musical para recordar los sucesos de mayo de 1968 en Francia: una revuelta cultural obrero estudiantil que provocó trascendentes repercusiones en todo el mundo.
El acto conmemorativo consistirá en un recital del TRIO DE BLUES DE JORGE SENNO (acompañado con palabras del escritor y poeta Miguel Grinberg). También participarán el guitarrista Mario Bebilaqua junto a Claudio Kleinman. Ambos son figuras reconocidas dentro del género de rock nacional.
El espectáculo tendrá lugar en el Patio del Rectorado de la UNLP, calle 7 entre 47 y 48, el día sábado 10 de mayo a las 19 horas.




Rock que me hiciste bien


Música Urbana en sintonía 

con los sentimientos de una juventud 

perteneciente a la Era Electrónica.


AM 870 - http://www.radionacional.com.ar
Sábado de 02 a 05 (trasnoche del viernes) 

Esta Música Urbana ya tiene su tradición y su mitología y es reconocida en el mundo entero por su incomparable raigambre rioplatense. Sin embargo, durante los últimos años fueron cerrados infinidad de pequeños boliches donde siempre se gestaban los nuevos protagonistas de una historia original y valedera. Y la difusión en los medios comerciales también sufrió una especie de sutil parálisis, por cierta vocación negadora que los argentinos tenemos y cultivamos. Aunque:
“Rock que me hiciste bien, porque sos el mensajero del alma del universo. Porque dibujás en el alma caminos de revelación.” M.G.
Estamos realizando un programa que resalta el sonido y la poesía de la Generación del Rock y la que le sigue, con testimonios directos y espontáneos de sus protagonistas. Todo ello empalmado con la creciente conciencia ecológica que se expande en estos días. Y también armonizado con iniciativas de afirmación cultural transformadora que se acentúan sin cesar pese a las limitaciones económicas y la incertidumbre de notorios segmentos de la sociedad.
Mientras la gran difusión masiva prioriza a los híbridos “pop” de tono frívolo o escapista, ponemos énfasis en los sembradores de ayer y de todo momento, en una Argentina que quiere despegar con todas las velas desplegadas y dejar atrás el pesado lastre de impotencia y resignación, o sea, “un país que está de olvido, siempre gris”.
A través de un espacio en esta Radio Pública existe desde junio de 2006 la posibilidad del encuentro y la celebración compartida de la música y la poesía que nos hace tanto bien.
Conducción: Miguel Grinberg
El programa Rock que me hiciste bien, que conduce Miguel Grinberg por Radio Nacional, los sábados de 2 a 5 de la madrugada, ha cumplido 300 emisiones (con 6 años en el aire) y lo celebró con un concierto en el Auditorio de la emisora, ahora promovida como "radio pública". En la apertura del recital, el periodista evocó la presentación que el guitarrista Claudio Gabis hizo en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno en marzo de 2007, situación que ese músico aprovechó para hacer un exorcismo del lugar interpretando el clásico Blues del terror azul, "aquí donde el terror azul nació". Grinberg emuló tal ceremonial exorcisando a LRA, "epicentro durante los tiempos dictatoriales de cadenas nacionales que difundían comunicados militares por la entonces llamada Radio del Estado". Secundado por el joven productor Pablo Bobadilla, el veterano comunicador presentó a cantantes de la nueva generación como Eduardo Herrera, Pablo Malaurie, Soema Montenegro y el trovador español Xoel López. Asimismo fueron de la partida Miguel Cantilo, Pablo Dacal, Pat Coria, y el guitarrista blusero Jorge Senno, secundado por el rosarino Franco Capriatti en armónica. Músicos legendarios como Rodolfo García, Emilio del Guercio y Black Amaya(éste por mail desde San Luis) se hicieron presentes en festejo con palabras alusivas, así como el editor y periodista Daniel Ripoll, a quien Grinberg agradeció públicamente sus aportes como director de la pionera revista Pelo y realizador de los fundacionales festivales BA Rock entre 1970 y 1972.

El Profeta Gentileza


Evocación espiritual  mientras la violencia social laceraba la ciudad de Río de Janeiro

por Leonardo Boff * /  13 Abril 2007

El día 17 de diciembre de 1961 hubo un enorme incendio en el Circo Norteamericano en Niterói, en el Estado de Río de Janeiro, en el cual murieron cerca de 500 personas. Tal hecho, como en los tiempos bíblicos, sirvió de detonante para el surgimiento de un profeta, el Profeta Gentileza que el 11 de abril celebraría, si estuviera vivo, 90 años. José Datrino era su nombre, camionero del barrio Guadalupe de Rio de Janeiro. Seis días después del incendio, víspera de Navidad, hacia las 13 horas, mientras descargaba un camión, confesó haber oído por tres veces un mensaje divino: debía abandonar sus tres camiones, casa, terrenos y familia e ir inmediatamante al lugar del incendio «para ser el consolador de todos los que habían perdido a sus seres queridos». Tomó uno de los camiones, lo cargó con dos toneles de vino de cien litros y fue a Niterói para cumplir su misión.

Distribuyó el vino en vasitos de plástico con una condición: que todos pidiesen «por gentileza» y no «por favor», y que dijesen «agradecido» en lugar de «muito obrigado» [«muchas gracias» en portugués»]. Aquí está la esencia de su mensaje: «gentileza» y «agradecido».

Se vistió con una bata blanca llena de apliques, bastón, un amplio estandarte con sus mensajes, adornado con flores para recordar el jardín del Edén y catavientos para airear las mentes, como decía. Se instaló en el local del incendio, lo aplanó, transformándolo en un jardín lleno de flores. Dormía en el camión. Durante cuatro años consoló a todos los que iban al lugar a llorar a sus muertos diciéndoles: «sus cuerpos están muertos pero su espíritu está en Dios».

Después de esos cuatro años, recorrió el país, el nordeste y el norte, predicando «Gentileza» y «Agradecido». Finalmente, se instaló en Rio, recorriendo la ciudad con su evangelio de la gentileza, como un bizarro Don Quijote que conquistó la simpatía de todos, cantado por músicos y artistas, hasta su muerte en 1996 en Mirandópolis, São Paulo. Fueron 35 años de coherente misión profética. Esta figura nos sugiere algunas reflexiones.

El Profeta Gentileza nos confirma el hecho religioso que no se inscribe en el ámbito de la razón analítica sino en el de la inteligencia emocional donde ocurre «el sentimiento oceánico», como lo llamaba el novelista Romain Roland oponiéndose a Freud. En el Profeta Gentileza aparece una mística trinitaria, rara en la historia cristiana, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Él siempre añade un cuarto elemento femenino, la naturaleza, o María. C.G. Jung mostró que el 3 y el 4 no deben ser vistos como números sino como arquetipos: el 3 de una totalidad hacia dentro y el 4 de una totalidad hacia fuera. Ellos expresan la Trinidad cristiana en sí (el 3) y el Reino de la Trinidad que incluye a la creación (el 4).

Como todo profeta, Gentileza denuncia y anuncia. Denuncia este mundo, regido «por el diablo-capital que vende todo y destruye todo». Ve en el circo destruido una metáfora del circo-mundo que también será destruido. Pero anuncia la «gentileza que es el remedio para todos los males». Dios es «Gentileza porque es Belleza, Perfección, Bondad, Riqueza, Naturaleza, nuestro Padre Creador». Hay un refrán que siempre se repite, especialmente en las 56 pilastras con inscripciones a la entrada de la estación de autobuses Novo Rio, en Cajú: «Gentileza genera gentileza, amor».

Invita a todos a ser gentiles y agradecidos. En verdad anuncia un antídoto a la brutalidad de nuestro sistema de relaciones. Es precursor, bajo un lenguaje popular y religioso, de un nuevo paradigma civilizatorio urgente en toda la humanidad.

El movimiento Rio con Gentileza, articulado por el Prof. Guelman, busca gestar gentileza en esta ciudad marcada por la violencia. Es lo que necesitamos para la naturaleza y la humanidad, si todavía queremos tener futuro.


* Leonardo Boff es teólogo, filósofo, espiritualista, y ecologista. Ayudó a formular la Teología de la Liberación y escribió más de sesenta libros. Es profesor emérito de la Universidade do Estado do Rio de Janeiro. 





Profeta Gentileza - por Marisa Monte


La cantora brasileña rinde tributo 

al 90º cumpleaños del profeta urbano



Desde los 60 hasta hace poco, un hombre 

enigmático circulaba por Río de Janeiro 

despertando la curiosidad de la gente.



Era un hombre viejo, con la apariencia de un profeta bíblico: la larga barba blanca, una túnica larga y sandalias franciscanas. Llevaba en sus manos dos tablas de profecías escritas, como las de Moisés. Se acercaba a la gente que pasaba en auto o caminando, pero no pedía nada; sino que a lo largo de más de tres décadas ofreció palabras de amor, flores y compasión por las calles del país.

El hombre llegó a hacerse conocido como Profeta Gentileza, y parte de su prédica consistía en escribir su mensaje en los pilares de un gran viaducto de Río. 

Así, en medio de la confusión, la indiferencia, el egoísmo y la violencia de la ciudad, todos los que pasaban podían leer en esa gigante muestra urbana oraciones como: 

LA GENTILEZA GENERA GENTILEZA, 

NO USES PROBLEMAS, NO USES LA POBREZA, USA EL AMOR, o incluso 

LA GENTILEZA ES EL REMEDIO PARA TODAS LAS ENFERMEDADES 

Todavía era una niña y, para mí, cruzarme con él era increíble y fascinante. Recuerdo que solía observar, con ojos curiosos, sus escritos en el Viaduto do Cajú. Ver sus ilustraciones en una calle de la gran ciudad me llenaba de un sentimiento de libertad y afecto. 

En 1997, fui al viaducto con un amigo que vivía fuera de Río para mostrarle la obra de Gentileza. Ahí fue cuando me enteré de que su trabajo ya no existía. 

Desde 1996, con la muerte del Profeta Gentileza, sus murales quedaron huérfanos de cualquier tipo de cuidado. Se deterioraron mucho y terminaron cubiertos por una capa de pintura gris que puso la empresa de limpieza urbana de Río de Janeiro. 

Estaba tan conmocionada y triste que, esa misma noche, escribí la canción “Gentileza”, que grabé en mi disco Memorias, crónicas y declaraciones de amor (2000). Fue entonces cuando supe que en una universidad local de Río existía un movimiento para recuperar los escritos del Profeta Gentileza. Gracias a los esfuerzos de una organización no gubernamental (Rio com Gentileza) y del personal de la universidad, hoy el trabajo de Gentileza fue restaurado totalmente y devuelto a la población de Río. 

El tema de la gentileza es humano y universal; nos brinda una manera de despertar de la indiferencia que nos rodea en las ciudades. Lo que genera violencia es el anonimato y la soledad que sentimos en medio de una multitud. 

Gentileza solía predicar el amor fraternal y exhortaba a la gente a dedicar su atención a los demás y crear intimidad con ellos. 

Un profeta es alguien que ilumina a la gente. 



LA GENTILEZA GENERA GENTILEZA. 

*** 

Borraron todo -
Lo pintaron de gris -
La palabra en la pared -
Fue cubierta con pintura -

Borraron todo -
Lo pintaron de gris -
Lo único que quedó en la pared -
Fue tristeza y pintura fresca -

Pasamos de prisa -
Por las calles de la ciudad -
Merecemos leer las letras -
Y las palabras de Gentileza -
Así que te pregunto -
A ti en el mundo -
¿Qué es más inteligente -
El libro o la sabiduría? -

El mundo es una escuela -
La vida es un circo -
Amor es una palabra que libera -
Eso decía el poeta. -


(Fechado 2007)



posdatas:


Hay un blog bilingue que amplía la historia de José Datrino, http://profetadegentileza.blogspot.com/ y que contiene fotos de las "pilastras" (murales) que diseminó por la zona de la Terminal Novo Rio -- y que fueron declarados "Patrimonio cultural" de la Ciudad Maravillosa que hoy se desangra. Hasta el abrazo, siempre!!



LA GENTILEZA GENERA GENTILEZA -- Esta historia complementaria fue enviada por Ricardão, de Brasil: Gentileza nació en 1961, cuando ya era un señor grande y se llamaba Jose Da Trino. Nació después del incendio de un circo que ese año llegó a Niterói –cerca de Rio–, y que dejó a cientos de personas calcinadas, la mayoría niños. Dicen que cuando Jose da Trino se enteró de la tragedia supo que en adelante tendría que dedicar su vida a consolar al mundo, y entonces se hizo profeta. Se puso una túnica blanca y sandalias franciscanas y se fue a Rio con dos tablas de profecías escritas, como las de Moisés. Las profecías decían que el mundo era un circo organizado por el diablo-capital, que vende todo y destruye todo, hasta a la propia humanidad, y que por eso un día se iba a incendiar. 

Durante más de treinta años Gentileza recorrió las calles de Río regalando flores y palabras bonitas a la gente. Parte de su prédica consistía en escribir su mensaje en los pilares de un gran viaducto de Río; allí hizo grandes murales de colores con oraciones como: La gentileza genera gentileza; No uses problemas, no uses la pobreza, usa el amor; La gentileza es el remedio para todas las enfermedades. Cuando Gentileza se murió, hace unos diez años, la municipalidad le pasó pintura a sus murales porque se estaban deteriorando. Pero después un grupo de personas de la ciudad armó un proyecto para restaurarlos y así lo hicieron. Y entonces, el mensaje del profeta volvió a nacer. 
--- La iniciativa restauradora fue del filósofo Leonardo Guelman y el blog que recoge este testimonio incluye un potente video alusivo cantado bellamente por Marisa Monte.